¡Esta receta de torrijas caseras va a hacer que te chupes los dedos!
Las torrijas es un postre tradicional que se asocia con la Semana Santa. Es en esta época del año cuando en todos los hogares españoles se puede disfrutar de uno de los dulces más deliciosos y característicos de nuestro país.
Además, para que nos salgan deliciosas, las panaderías hacen y venden en esta época el pan de torrija, un pan que tiene mucha miga, y es más compacto, y no se deshace cuando lo mojas en leche y luego lo pasas por la sartén. Por eso no se recomienda usar el pan del mismo día para hacerlo, pero otra opción es usar pan de barra del día anterior.
Los que lleváis tiempo siguiendo este blog, sabéis que Arcos de la Frontera ocupa un lugar muy especial de mi corazón. Ahí he pasado gran parte de mi infancia con mi abuela. En Semana Santa, como en Navidad, vamos toda la familia al sur de España para reunirnos. Y aprovechamos para disfrutar de postres tradicionales como éste.
Cómo Hacer Torrijas Caseras
1. Lo primero es aromatizar la leche. Pon en un cazo mediano un litro de leche con la rama de canela y la piel del limón (4 tiras de piel y sin lo blanco) y 2 cucharadas de azúcar. Déjalo a fuego medio alto (7 en vitrocerámica) durante 10 minutos o hasta que empiece a hervir.
2. Apaga el fuego cuando la leche empiece a hervir.
3. Bate huevos con tenedor o varilla.
4. Corta la barra de pan para torrijas en rebanadas de 2 cm o equivalente al grosor del dedo gordo de la mano.
En algunas panaderías se vende pan especial de torrijas, sobre todo en época de Semana Santa. Este pan se caracteriza por ser más denso y consistente ya que necesita absorber bien la leche, dando como resultado una torrija más jugosa y sabrosa. Pero si no tienes lo puedes hacer con pan de barra duro o de un día anterior. ¡Y es una forma muy deliciosa de aprovechar el pan que sobra!
5. En una fuente tipo pyrex grande que tenga fondo pones todas la rebanadas de pan y vuelcas la leche caliente encima de cada rebanada.
Lo importante es que queden todas las rebanadas bien distribuidas y cubiertas con la leche
No hace falta que les de la vuelta porque tienen que estar bien cubiertas. Quedan sumergidas en la leche unos 3 minutos.
6. En una sartén grande pones un cuarto de litro de aceite de oliva a fuego medio alto (8 en vitrocerámica) hasta que el aceite se caliente.
7. Escurre la leche de la torrija con una espátula de silicona y la pasas por el huevo batido con la ayuda de una cuchara para mojar bien la torrija.
8. Fríe la torrija durante minuto y medio cada lado o hasta que se dore.
9. Para el almíbar haz caramelo con 3 cucharadas de azúcar y una cucharadita de agua. Luego añade 200 ml de agua y una cucharada de miel. Una vez hecho el almíbar, cubre por igual las torrijas en una fuente llana y honda tipo pyrex.
Si te ha gustado esta receta de torrijas caseras, también puedes probar nuestra receta de pain perdu.
Torrijas Caseras. Receta de la Abuela
Con esta receta de torrijas caseras vas a chuparte los dedos.
Pon en un cazo mediano un litro de leche con la rama de canela y la piel del limón (4 tiras de piel y sin lo blanco) y 2 cucharadas de azúcar. Déjalo a fuego medio alto (7 en vitrocerámica) durante 10 minutos o hasta que empiece a hervir.
Apaga el fuego cuando la leche empiece a hervir.
Bate huevos con tenedor o varilla.
Corta la barra de pan para torrijas en rebanadas de 2 cm o equivalente al grosor del dedo gordo de la mano.
En una fuente tipo pyrex grande que tenga fondo pones todas la rebanadas de pan y vuelcas la leche caliente encima de cada rebanada. Quedan sumergidas en la leche unos 3 minutos.
En una sartén grande pones un cuarto de litro de aceite de oliva a fuego medio alto (8 en vitrocerámica) hasta que el aceite se caliente.
Escurre la leche de la torrija con una espátula de silicona y la pasas por el huevo batido con la ayuda de una cuchara para mojar bien la torrija.
Fríe la torrija durante minuto y medio cada lado o hasta que se dore.
Para el almíbar haz caramelo con 3 cucharadas de azúcar y una cucharadita de agua. Luego añade agua y una cucharada de miel. Una vez hecho el almíbar, cubre por igual las torrijas en una fuente llana y honda tipo pyrex.
El chocolate a la taza es una bebida caliente tradicional que nos ayuda a entrar en calor durante los días más fríos de otoño e invierno.
En mi memoria asocio el chocolate caliente a momentos de felicidad y confort en días de invierno. Si cierro los ojos, y pienso en una taza de chocolate caliente recién hecho, me vienen las siguientes imágenes: manta, chimenea, nieve, churros, buñuelos, roscón de reyes, Navidad.. ¿y a ti?
En España el chocolate a la taza es especialmente espeso y delicioso. Aunque se puede tomar perfectamente solo, lo solemos acompañar en el desayuno o merienda con churros, buñuelos o Roscón de reyes.
Existen tres momentos especiales según la tradición para comer estos dulces con chocolate caliente: buñuelos en Navidad, churros con chocolate en Año Nuevo y roscón de reyes el día de Reyes. ¡Pero ahora que tienes nuestras recetas, los puedes comer siempre que quieras!
Cierto es que puedes encontrar chocolate a la taza en cualquier supermercado, pero merece la pena que lo hagas en casa por su sabor auténtico y por lo fácil que es de preparar.
Esta receta de chocolate caliente contiene maicena para darle esa textura espesa y tan especial que hace que no puedas esperar para darle el siguiente sorbo.
Cómo Hacer Chocolate a la Taza
1. En una cacerola, añade 500 ml de leche y 15 gramos de azúcar a fuego medio-alto hasta que hierva. Remueve un poco para que el azúcar se disuelva.
2. En un cazo, añade 250 ml de leche y 15 gramos de maicena. Remueve para que la maicena se disuelva.
3. Cuando veas las primeras burbujas, añade a la leche azucarada 200 gramos de chocolate negro (52% cacao). Y remueve con una cuchara de madera para que el chocolate no se pegue y se disuelva del todo.
4. Una vez el chocolate se haya disuelto, vierte la leche fría con maicena y sigue removiendo con la cuchara. Verás que el chocolate va cogiendo espesor.
5. Cuando veas que el chocolate empieza a hervir, retiras el chocolate del fuego y sigues remueve durante 3 minutos o hasta que todos los grumosos hayan desaparecido. El chocolate habrá adquirido el espesor deseado. Et voilà… acabas de hacer un delicioso chocolate a la taza para disfrutar de las tardes de invierno!
En una cacerola, añade 500 ml de leche y 15 gramos de azúcar a fuego medio-alto hasta que hierva. Remueve un poco para que el azúcar se disuelva.
En un cazo, añade 250 ml de leche y 15 gramos de maicena. Remueve para que la maicena se disuelva.
Añade a la leche azucarada 200 gramos de chocolate negro (52% cacao). Y remueve con una cuchara de madera
Vierte la leche fría con maicena y sigue removiendo con la cuchara.
Retira el chocolate del fuego cuando empiece a hervir y sigues remueve durante 3 minutos. Et voilà… acabas de hacer un delicioso chocolate a la taza para disfrutar de las tardes de invierno!
El rasgo más característico de esta tarta de manzana es su método de elaboración, se ponen primero las manzanas caramelizadas para luego cubrirlas con la masa y ¡darle la vuelta!
Una vez horneada la tarta, se le da la vuelta, quedando las manzanas caramelizadas encima de la base crujiente. ¡Esta tarta se hornea al revés pero se come al derecho!
Historia de la Tarta Tatin
La leyenda más popular cuenta que este postre fue creado por accidente en el siglo XIX por las hermanas Tatin, Caroline y Stéphanie, dos mujeres que dirigían un pequeño hotel en Lamotte-Beuvronen, Francia.
El despiste de Stéphanie Tatin fue olvidarse de poner la masa cuando estaba haciendo una tarta de manzana. Entonces, decidió poner la masa sobre las manzanas para luego, cuando terminara de cocinarla, darle la vuelta con cuidado a la tarta. De ahí nació esta delicia tan conocida en la cocina francesa y en el mundo entero.
Otra versión indica que este tipo de pasteles invertidos eran una especialidad en La Sologne, al menos desde 1790, época en la que la tarta volteada figuraba ya entre las recetas básicas de los pasteleros.
Se exportó a París en 1926 y fue preparada y servida por primera vez en el restaurante Maxim’s. Desde entonces se ha convertido en un clásico de los restaurantes franceses.
Cómo Hacer Tarta Tatin
La tarta más famosa de la gastronomía francesa está hecha de harina, mantequilla, azúcar y manzanas.
Existe una manera rápida de hacer esta tarta, que es con hojaldre. Sin embargo, nosotros vamos a hacer nuestra tarta tatin con masa quebrada, que es la manera tradicional. Además, este pastel tiene un sabor más completo mezclando la suavidad de la manzana jugosa y caramelizada con la masa quebrada y arenosa.
Masa Quebrada
1. Prepara la mesa de trabajo. Vuelca 250 gramos de harina, y dentro haces un agujero dándole forma de volcán. Añade 125 gramos de mantequilla en daditos, a temperatura ambiente (si no ponla medio minuto en el microondas), un huevo y 80 gramos de azúcar.
2. Al principio y con la ayuda de un tenedor, remueve haciendo círculos para que el huevo se vaya integrando con la mantequilla, el azúcar y poco a poco con la harina.
3. Después integra la harina, con las manos, formando una masa homogénea.
4. Haz una bola y lo guardas durante 15 minutos en la nevera para que se enfríe un poco. Se hace esto para luego poder trabajar con ella con el rodillo. Le pongo un film transparente y a la nevera.
Caramelo
El molde que uso es circular de 20 cm y de una pieza, no desmontable. Puedes hacer el caramelo en el molde directamente o verterlo después en él si lo haces en una sartén. Aquí lo vamos a hacer en una sartén.
5. Pon 125 gramos de azúcar y una cucharada agua a fuego medio ( nivel 5 en vitrocerámica ). Cuando el agua mezclada con el azúcar empiece a hervir, echa la mantequilla en la parte burbujeante. Recuerda no remover ni con una cuchara metálica ni de madera.
6. Cuando la mantequilla empieza a derretirse, impregna la mantequilla derretida con el resto del azúcar sujetando la sartén por el mango e inclinando a ambos lados la sartén.
7. Deja que el azúcar hierva unos minutos a fuego medio y luego sube a fuego alto (nivel 9). Ahí es donde se empieza a dorar el caramelo.
8. Vuelca el caramelo en el molde y déjalo enfriar.
Relleno de Tarta
9. Pela 7 manzanas golden.
10. Una vez peladas quítales el corazón y las partes por la mitad. Reserva.
11. En una sartén grande, y sin encender el fuego, pones las manzanas.
12. Espolvorea 90 gramos de azúcar y distribuye 125 gramos de mantequilla en forma de dados por encima de las manzanas.
13. Pon el fuego medio alto (nivel 6 en vitrocerámica) con la tapa puesta durante 10 minutos. Queremos que se ablanden la manzanas con la mantequilla y el azúcar. El azúcar cae y la mantequilla se va derritiendo. La manzanas al cocerse, sueltan su agua y se va a crear un caldito.
Montaje
14. Una vez tenemos las manzanas cocidas y blandas, las ponemos en un molde (20 cm de base). Las colocamos de pie, una seguida de otra, desde el perímetro del molde hacia el interior. Las manzanas bonitas las pones fuera y en el centro pones las mitades que te queden.
15. Cuando se han enfriado las manzanas en el molde, saca la masa quebrada de la nevera y, con un rodillo, dale una forma redonda con un diámetro ligeramente mayor que el del molde y un grosor de 2 cm.
16. Coloca la masa sobre el molde y corta los bordes con el rodillo.
17. Enciende el horno a 180 grados calor arriba y abajo, y metes la tarta invertida durante 35 minutos, o cuando la masa quebrada tenga color dorado.
18. Lo sacas del horno y lo dejas enfriar durante 20 minutos.
19. Le das la vuelta en un plato … Et voilà! Acabas de hacer la tarta más famosa de la gastronomía francesa!
A mí me gusta comer esta tarta templada, con nata o helado de vainilla.
Vuelca la harina en la mesa de trabajo, y dentro haces un agujero dándole forma de volcán. Pon dentro la mantequilla en daditos, un huevo y 80 gramos de azúcar.
Remueve haciendo círculos para que el huevo se vaya integrando con la mantequilla, el azúcar y poco a poco con la harina.
Integra la harina con las manos, formando una masa homogénea.
Haz una bola y lo guardas durante 15 minutos en la nevera para que se enfríe un poco . Le pongo un film transparente y a la nevera.
Caramelo
Pon azúcar y una agua en una sartén a fuego medio. Cuando el agua mezclada con el azúcar empiece a hervir, echa la mantequilla en la parte burbujeante.
Cuando la mantequilla empieza a derretirse, impregna la mantequilla derretida con el resto del azúcar sujetando la sartén por el mango e inclinando a ambos lados la sartén.
Deja que el azúcar hierva unos minutos a fuego medio y luego sube a fuego alto. Ahí es donde se empieza a dorar el caramelo.
Vuelca el caramelo en el molde (20 cm) y déjalo enfriar.
Relleno Tarta
Pela las manzanas.
Una vez peladas quítales el corazón y las partes por la mitad. Reserva.
En una sartén grande, y sin encender el fuego, pon las manzanas.
Espolvorea 125 gramos de azúcar y distribuye dados de mantequilla por encima de las manzanas.
Pon el fuego medio alto con la tapa puesta durante 10 minutos.
Montaje
Una vez tenemos las manzanas cocidas y blandas, las ponemos en un molde (20 cm de base). Las colocamos de pie, una seguida de otra, desde el perímetro del molde hacia el interior.
Saca la masa quebrada de la nevera y, con un rodillo, dale una forma redonda con un diámetro ligeramente mayor que el del molde y un grosor de 2 cm.
Coloca la masa sobre el molde y corta los bordes con el rodillo.
Enciende el horno a 180 grados arriba y abajo, y metes la tarta invertida durante 35 minutos, o cuando la masa quebrada esté dorada.
Lo sacas del horno y lo dejas enfriar durante 20 minutos.
Le das la vuelta en un plato … Et voilà! Acabas de hacer la tarta más famosa de la gastronomía francesa!
Sólo necesitas cuatro ingredientes para hacer la mejor limonada casera.
Ni demasiado agria ni demasiado dulce, esta receta tiene el equilibrio perfecto entre el limón y el azúcar. Una bebida fácil y refrescante para un día de verano!
Cómo Hacer Limonada Casera
Puede parecer que hacer esta bebida es fácil, así lo es, pero tienes que jugar con las medidas para que las proporciones sean correctas.
Si pones demasiado limón, te puede salir muy agria; si le pones demasiada agua, te puede salir muy acuosa. Esta receta de limonada está equilibrada para que sólo tengas que preocuparte de disfrutar del verano!
Antes de empezar asegurate que tienes los siguientes utensilios: una batidora de al menos 600W, un colador, una jarra y una cuchara de madera.
¡Vamos a ello!
1. Mete 5 cubos de hielo en la batidora, o licuadora, y pica los hielos en 2 tandas de diez segundos a máxima velocidad.
2. Lava 3 limones y corta las puntas. Luego corta los limones en cuartos, con la piel incluida, y los metes en la batidora.
3. Añade 100 gramos de azúcar y un litro de agua.
4. En 3 tandas, bate a maxima velocidad durante 1 segundo.
5. Con un colador, vierte la limonada en una jarra. Añade 250 ml de agua, hojas de hierbabuena y hielo a tu gusto. Con una cuchara de madera remueve. La hierbabuena le da un toque, aún más si cabe, de frescor y aroma mentolado que combina perfectamente con el sabor de la limonada. Et voilà! A disfrutar del verano!
Pica el hielo en la batidora a máxima velocidad, en 2 tandas de diez segundos cada una.
Lava 3 limones y corta las puntas. Luego corta los limones en cuartos, con la piel incluida, y los metes en la batidora.
Añade el azúcar y un litro de agua.
En 3 tandas, bate a maxima velocidad durante 1 segundo.
Con un colador, vierte la limonada en una jarra, añade 250 ml de agua, pon hojas de hierbabuena y más hielo a tu gusto. Con una cuchara de madera remueve… Et voilà! A disfrutar del verano con esta riquísima limonada!
¡En mi familia comemos buñuelos desde que tengo uso de razón!
¿Pero Blanca, estos buñuelos no son circulares? Cierto, estos buñuelos son típicos del sur de España y son característicos por tener un agujero en el centro.
Este plato tradicional forma parte de una costumbre familiar que hacemos una vez al año. Cuando llega la Navidad, todos viajamos a Arcos de la Frontera para celebrar en familia el comienzo de estas fiestas.
Mi tía abuela Chari nos invita a todos a ir su casa, que tiene un patio muy grande, y ahí es donde fríen buñuelos para celebrar el inicio de las fiestas navideñas. A esto le llamamos la buñuelada.
Nada más sacar los buñuelos del aceite hirviendo, los escurren y ponen azúcar por encima. Los van pasando con bandejas y, mientras la gente come buñuelos, comenta cómo le ha ido el año y sus nuevos propósitos para el próximo año.
El toque mágico es el vaso de chocolate calentito que acompaña a este manjar, ya que en el patio fuera hace un poco de frío en esta época del año.
Se podría decir que es una tradición parecida a la de los churros, pero aquí en Arcos se hace con buñuelos.
La forma de hacer la masa y freír estos buñuelos es un auténtico arte. Sin embargo, es un postre tradicional que se prepara de distintas maneras tanto en España como en países de Latino América.
Esta receta original del sur de España que comparto contigo es para que puedas vivir, de la mejor forma posible, la increíble experiencia que pasamos todos juntos en la buñuelada de Navidad.
Cómo Hacer Buñuelos
Los buñuelos es un postre hecho de ingredientes básicos como harina, agua, sal y levadura. En el proceso de elaboración, es muy importante seguir las indicaciones de la receta para hacer la masa y freírlos para que te salgan esponjosos, ligeros, no muy gordos y bien hechos por dentro.
1. En un bol grande, pon 250 ml de agua caliente (no hirviendo), una cucharadita de sal y 50 gramos de levadura fresca. Disuelve.
2. Pon 250 gramos de harina e integra con la mano.
3. Una vez integrado, pon el resto de agua y harina e integra con la mano.
¿Cómo Hacer la Masa?
La elaboración de la masa de buñuelos es clave para que te salgan unos buñuelos esponjosos y ligeros. La textura de la masa no es sólida ni muy líquida, es más bien pegajosa. La manera de mezclar la masa es muy importante: con la mano abierta, se va dando palmadas a la masa, sin aplastar ni amasar. Mezclas con la mano abierta hasta que toda la harina se haya integrado. Verás que se te pega en la mano mientras mezclas.
4. Cuando la mezcla no tenga grumos de harina, lo tapas con un trapo y dejas que descanse una hora para que leve. No lo tapes con papel transparente porque es importante que entre aire. Pon el bol cerca de una fuente de calor. Yo lo pongo dentro del horno apagado durante una hora. Cuando pase la hora verás que la masa está burbujeante y más alta, tanto que es posible que esté tocando el trapo. Ten en cuenta que la masa va a crecer.
¡Ya tienes la masa lista para freír!
5. Vierte abundante aceite de girasol en un cazo, y ponlo a fuego alto (nivel 8 en vitrocerámica).
6. Pon en un cuenco pequeño con agua y sal al lado del cazo. Esto es para mojar tus manos y que no se pegue la masa en tu mano cuando vayas a freírlo.
7. Cuando el aceite esté caliente, con las dos manos humedecidas agarra y estira la masa y con los dedos gordos haces un agujero en medio. Una vez has hecho el agujero en el centro lo dejas caer con cuidado en el aceite caliente.
8. Fríe los buñuelos de uno en uno hasta que se doren por los dos lados. Cuando se dora un lado, durante unos 45 segundos, le das la vuelta para que se dore por el otro lado. En total, el buñuelo se fríe en minuto y medio. Usa una espumadera para darles la vuelta.
9. Cuando los sacas, los dejas en un papel absorbente para que absorba el exceso de aceite. Luego los emplatas y espolvoreas azúcar por encima. Et voilà! Has hecho unos deliciosos buñuelos al estilo tradicional!
No hay dos buñuelos iguales, ¡cada uno tiene su forma!
Cómo Hacer Buñuelos. Receta Tradicional
Los buñuelos es un dulce tradicional hecho de ingredientes básicos como harina, agua, sal y levadura fresca. El arte está en cómo hacer la masa y freírlos.
En un bol grande, pon 250 ml de agua caliente (no hirviendo), una cucharadita de sal y 50 gramos de levadura fresca. Disuelve.
Pon 250 gramos de harina e integra con la mano. Mezcla con la mano abierta, dando palmadas a la masa, hasta que toda la harina se haya integrado.
Pon el resto de agua y harina e integra con la mano.
Cuando la mezcla no tenga grumos de harina, lo tapas con un trapo y dejas que descanse una hora cerca de una fuente de calor.
Vierte abundante aceite de girasol en un cazo, y ponlo a fuego alto (nivel 8 en vitrocerámica).
Pon en un cuenco pequeño con agua y sal al lado del cazo para mojar las manos.
Con las dos manos humedecidas agarra y estira la masa, y con los dedos gordos haces un agujero en medio
Fríe los buñuelos de uno en uno hasta que se doren por los dos lados. Cuando se dora un lado, durante unos 45 segundos, le das la vuelta para que se dore por el otro lado.
Saca los buñuelos del aceite y déjalos en un papel absorbente para que absorba el exceso de aceite. Luego los emplatas y espolvoreas azúcar por encima. Et voilà! Has hecho unos deliciosos buñuelos al estilo tradicional!
Esta receta de magdalenas caseras va a sorprenderte por su esponjosidad y sabor.
En el blog suelo hablar de postres que tienen el poder de llevarnos a nuestra infancia, ya que ese fue el principal motivo para crear este blog, pero también hay desayunos y meriendas que tienen ese mismo efecto sobre nosotros como es el caso de ¡estas magdalenas!
La magdalena destaca por la combinación de su sencillez y exquisitez al mismo tiempo. Recuerdo que, cuando era pequeña, las comía a la hora del desayuno o la merienda mojándolas en leche o untando mantequilla en una mitad. ¡Cómo disfrutaba comiendo este manjar!
Si nunca la has probado te recomiendo que lo hagas, y si hace tiempo que no lo haces, ahora tienes la oportunidad de hacer una magdalena casera. ¿No te apetece comer de merienda una magdalena recién salida del horno?
¿En que se diferencia de la magdalena francesa? Básicamente la principal diferencia es que la magdalena francesa se hace con mantequilla y la española con aceite de oliva.
Como Hacer Magdalenas Caseras
1. En un bol tamiza, con un colador o tamiz, 250 gramos de harina y 8 gramos de levadura.
2. En otro bol añade 2 huevos de tamaño L y 200 gramos de azúcar. Bate con una batidora de varillas a alta velocidad, durante 2 minutos, hasta que los huevos espumen y la mezcla adquiera un color pálido. Es preferible que los huevos estén a temperatura ambiente.
3. Añade poco a poco los ingredientes secos que has tamizado, con la ayuda de una cuchara, en la mezcla de los huevos y azúcar, mientras bates a media velocidad.
4. Añade 150 ml de aceite a la mezcla y bate con la batidora de varillas hasta que quede totalmente integrado. No te preocupes si ves la mezcla demasiado aceitosa al principio, a medida que vayas batiendo el aceite se integrará por completo en la masa.
5. Añade una cucharadita de extracto de vainilla y sigue batiendo hasta que se integre en la mezcla. Puedes añadirle ralladura de limón en lugar de vainilla, si lo prefieres.
6. Vierte 130 ml de leche entera en la mezcla y bate a alta velocidad durante tres minutos hasta que todo quede totalmente integrado. La leche también debe estar a temperatura ambiente.
¡Ya tienes lista la masa de las magdalenas!
7. Precalienta el horno a 180 grados arriba y abajo.
8. Prepara una bandeja de horno con moldes para cupcakes. Rellena cada cápsula con la masa hasta la mitad.
9. Mételas en el horno durante 20 minutos sin abrir la puerta del horno.
10. Cuando haya pasado el tiempo, y veas que la magdalena se ha dorado, sácalas del horno y deja que se enfríen 10 minutos. Et voilà! Acabas de hacer unas magníficas magdalenas caseras!
Si además de estas magdalenas, te gustaría tener más ideas para meriendas, aquí puedes encontrarlas!
Magdalenas Caseras
Esta receta de magdalenas va a sorprenderte por su esponjosidad y sabor.